Con el permiso de © K. Eggenstein: 'El Profeta Lorber anuncia las catástrofes venideras y la autentica cristiandad

Kurt Eggenstein

El diablo


   La Nueva Revelación no diferencia entre Satanás y los diablos. "El único que se opuso con tanta insolencia es Lucifer o Satanás, mucho antes por Mi repudiado, que como personificación del mal es el polo opuesto de Mi mismo. Solamente ese ser malo, malo por propia voluntad, fue echado a la más profunda oscuridad -donde hay lamentos y rechinar de dientes- o sea con otras palabras: donde quedará en la oscuridad de su propio ánimo hasta que un mejoramiento surja de él mismo, lo que hará posible su retorno."* (Pr 286).
   "Con respecto a la persona de Satanás, son precisamente los hombres que aún diferencian claramente entre lo bueno y lo malo, pero actúan contra todo lo que es noble y aman lo malo." "Este comportamiento es de naturaleza diabólica, ya que el impulso de amor infundido por Mi en todos los seres y espíritus, en ellos se ha convertido en negación de lo bueno." (Pr 286).
    "Como Satanás no puede ni debe parecerse a nadie, y cada persona reconoce fácilmente sus malas sugerencias porque rinden el alma insensible, inmodesta, adultera, egoísta, ávida, perjura, avara, falta de piedad, indiferente a todo lo que es verdadero y divino, sin corazón para con los pobres y para con los que sufren, deseando solamente los placeres mundanos, el hombre podrá siempre plantar cara y resistir a estas nefastas pretensiones de Satanás, ya que éste, puede actuar sobre los sentidos, pero nunca sobre la voluntad propia del hombre." (Gr I 217, pág. 4).
    "Dentro de Satanás reside una fuerza inmensa que puede ser contenida únicamente por cadenas fortísimas que Yo como Señor puedo forjar." (EM pág. 157). "Satanás ha sido imposibilitado de actuar. Pero las fuerzas vencidas dentro de él no descansan del todo, actúan continuamente y se personifican autónomamente." (Gr II 229, 12).
    "En la medida de lo posible se le retiró el poder de actuar. Por esto no le temáis, pero quedaos atentos, porque hará valer su astucia. En si no tiene poder, es impotente." (Ha II 158, 17-21). "El enemigo de la vida no puede ni debe acercarse a nadie, así que tampoco puede seducir a nadie con su perfidia. Pero si un hombre desde su corazón se deja seducir, se convierte en un ser altivo, sensual, egoísta, mundano, y es entonces cuando se acerca por su propia voluntad al enemigo de la vida, convirtiéndose él mismo en enemigo de todo lo que es vida." (Ha II, 158).
    En contra de la doctrina de Jesús, que Satanás "no debe acercarse a nadie", el mayor teólogo de la Iglesia Católica de la Edad Medía, santo Tomás de Aquino, sostenía la teoría de que Satanás pudiese tener contacto sexual con mujeres y muchachas: esta teoría estúpida llevó a millones de mujeres a una muerte terrible a través de los procesos de brujas. En lo que respecta a Satanás y la razón de su caída, los padres de la Iglesia Católica y otros hombres de la Iglesia han expuesto las hipótesis más diversas y disparatadas. El padre de la Iglesia, Justino, creyó que la caída de Lucifer se debe a la seducción de Eva en el paraíso (diálogo con el judío Tryphon 124, 3).
    Tertulliano afirmaba: "El diablo fue devorado por la envidia, cuando vio que el Señor había puesto al hombre, creado a su imagen, encima de todo lo creado". (De Patientia V). La misma opinión sostenían san Cipriano y san Gregorio de Nyssa (Discorso Catecheto). Únicamente el vidente Orígenes, cuya doctrina fue condenada por la Iglesia, vio la razón de la caída de Satanás, de acuerdo con lo dicho en la Nueva Revelación, en la envidia y la soberbia y la rebeldía contra Dios.
    Los otros diablos -y junto con ellos todo el infierno- surgieron cuando los adánitas dotados de espíritu, o sea los sucesores de Adán, se abandonaron a la maldad. Ni los seres espirituales que existieron anteriormente a la creación del universo material, ni tampoco los espíritus caídos juntos con Lucifer, son diablos, sino seres apresados en la materia, como ya hemos descrito más arriba, y esperan en su largo camino la liberación de la materia. En detalle se puede leer en la Nueva Revelación: "Como este ser no se conformó, y en vez de mejorar como prometió, más bien atentaba cada vez en mayor grado contra el orden divino, fue puesto en una prisión muy estricta".
    Pero ya en aquel tiempo se habían formado de la raza humana una gran cantidad de seres con sentimientos iguales, así que el diablo pudo actuar a través de sus ángeles, ya que el diablo es un ser formado en la escuela de Satanás. Esto no hay que entenderlo literalmente, sino que estos seres se forman según las características que han acogido dentro de si de este espíritu. Estos seres que en su esencia tienen algo maligno son llamados diablos, como para decir que son discípulos de diablo, pero se diferencian grandemente de Satanás, ya que en ellos solamente lo espiritual está impregnado del espíritu maligno, quedando su sustancia aunque aprisionada, pura, mientras la sustancia de Satanás es maligna en si. Por esto puede ocurrir y ocurrirá que todos los diablos se salvarán antes que Satanás se vea forzado a emprender su viaje hacia su caída eterna". (EM, pág. 160).
    No existe un diablo original creado de manera como vosotros lo imagináis, a pesar de esto, el mundo material en su elemento original es algo como el diablo original, y por lo tanto, el significado expresa lo mismo cuando se dice que una persona es tentada por el mundo o por los deseos mundanos, como cuando decimos una persona es tentada por el diablo. Quién se deja llevar por las seducciones mundanas es como si fuese prisionero de un diablo personal y su alma vive con los espíritus malignos en la materia más allá de la muerte corporal." (Gr IV 134, 7).
    Como complemento leemos: "Dentro de la naturaleza y en el mundo espiritual no existen diablos originales sino solamente aquellos que ya han vivido algún tiempo en este mundo material como personas malas, viciosas y pecadoras incorregibles". (Gr V 95, 5). "Existen diablos personales ya Aquí en la carne y en mayor grado más allá, que continuamente intentan influir en nuestro mundo y esto a través de los espíritus naturales que aún están atados a la materia para su maduración. También trabajan con sus influencias secretas, sus incitaciones al mal y sus tentaciones. Notan ávidamente las flaquezas y disposiciones de los hombres y los alentan para que vivan según sus pasiones." "Cuando aún no existían los hombres sobre la tierra, tampoco hubo diablos personales. Todo lo que pueden concebir vuestros sentidos pertenece a la materia. Podéis tomar por seguro que en ningún otro cuerpo celeste hay diablos peores que en esta tierra"
    Cuando Job fue tentado por el diablo -según leemos en el Antiguo Testamento- ¿quién fue el diablo que le tentó? Fue el espíritu de su carne (de Job), o sea sus propios apetitos pecaminosos. (Gr VIII 34, 21)
    No tienen tanta importancia las tentaciones del diablo como vosotros lo creéis en vuestra fe tonta. El verdadero diablo es el hombre mismo en sus deseos carnales, de los cuales resultan: el egoísmo, un diablo; la lujuria, un segundo diablo; la ambición, el orgullo, la soberbia, envidia, mezquindad, vanidad, venganza, fornicación, el desprecio del prójimo, todo esto son diablos nacidos de la misma naturaleza personal. Por esto no debéis temer tanto al diablo..." (Gr VI 10, 12).
    ¿Por qué se llama al diablo el príncipe de las tinieblas y de la mentira? Porque la materia no es lo que aparenta y apreciándola tal como se nos presenta, uno se deja aprisionar. Luego se encuentra efectivamente dentro del reino de la mentira, lejos de la verdad y sumergida en las tinieblas. "Quien, por ejemplo, ama demasiado los tesoros de la materia muerta (los bienes del mundo, nota del autor), los aprecia y los toma por lo que aparentan, ya se encuentra en el reino de la mentira, porque su amor, la base de su vida, se ha hundido y se ha vuelto ciego y difícilmente resurgirá a la luz de la verdad "
    Cuando los hombres comenzaron a apreciar la materia por su esplendor ya empezó su juicio, espiritualmente se volvieron ciegos y duros, avariciosos, mentirosos, malhumorados, engañosos, soberbios, malos, belicosos. Cayeron en el paganismo y la idolatría, y por tanto en su propio infierno del cual no pueden ser redimidos sin Mi ayuda. Por esto tuve que revestirme de materia, tomar sobre Mi el juicio y la muerte y vencerla para así llegar a ser la puerta que conduce a la vida eterna, a condición de que quisieran entrar en la vida eterna. Por esto Soy la puerta de la vida y la vida misma. Quien no entra por Mi, no llegará a la luz de la eterna verdad y la libertad, sino que permanecerá prisionero de la materia. (Gr VIII 35, 5, 6, 9 y 10).


* Nota: El teólogo católico Herbert Haag se equivoca cuando escribe: "La doctrina del pecado y de la caída del ángel es un mito". No tiene sentido cuando escribe que Dios mismo haya creado el diablo es un pensamiento imposible (Deutsche Zeitung del 5-1-71). Dios creó los espíritus que disponen de libre albedrío y pueden decidirse para lo bueno o para lo malo.


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© Texto: Kurt Eggenstein; © Edición informática; © by Gerd Gutemann G. Gutemann