Con el permiso de © K. Eggenstein: 'El Profeta Lorber anuncia las catástrofes venideras y la autentica cristiandad

Kurt Eggenstein

La manera cómo Lorber escribía al dictado de la Voz interior


   El noble von Leitner, el biógrafo de Lorber, relata que según sus observaciones, Lorber escribía de la siguiente manera: "Lorber inició su tarea de escribir, siendo esto el objetivo principal de su existencia, muchos días a temprana hora, incluso antes de desayunar, olvidándose a menudo de tomar algún alimento. Se sentaba delante de una mesita, tocado con un gorro, durante el invierno, acercándose a la estufa, y comenzaba a escribir de un modo fluido, concentrado sobre si mismo, sin parar para pensar, pero sin demostrar prisa, jamás repasando o borrando algo ya escrito, igual a alguien que toma un dictado. Repetidas veces -al hablar de ello- manifestó, que él escribía al dictado de la Voz, al mismo tiempo veía lo que escuchaba. Pero como él mismo confirmó aún le resultaba más fácil explicar lo que iba percibiendo a un tercero. De hecho, él dictó algunos capítulos e incluso obras de varios centenares de páginas a sus amigos, siempre atento a la Voz. En este caso se quedaba sentado al lado del escribiente, mirando tranquilamente hacia delante y dictando sin titubeos y sin necesidad de modificar ninguna frase o siquiera una expresión.
    Es de notar que Lorber llamó la Voz interior, La Voz del Señor, diciendo que la escuchaba dentro de su corazón, mientras que las voces de otros espíritus creía oírlas en la parte posterior de su cabeza. Aunque Lorber llegó a llenar miles de páginas, no se le puede llamar un médium escribiente, propiamente dicho, o sea un médium cuya mano es llevada mecánicamente por una inteligencia extraña. Por el contrario él escribía espontáneamente e independientemente, lo que iba escuchando dentro de sí.
    En el año 1858 Lorber escribió a un amigo, explicando en su carta que la fuente espiritual que habla dentro de él, él la percibe como la Voz de Jesucristo, la Palabra Viva. "Respecto a la Voz Interior, sólo puedo decir hablando de mi experiencia, que percibo la palabra Santa del Señor dentro de mi corazón como un pensamiento clarísimo, puro y diáfano, al igual que palabras expresadas verbalmente. Nadie, aún estando muy cerca de mí, puede oír algo de aquella Voz. Para mi esta voz de misericordia es más clara que ningún sonido material. Y esto es todo lo que puedo decir de mis experiencias."
    Si en el texto dictado a Lorber salieron palabras extranjeras que él desconocía, éstas no le fueron deletreadas. Sus amigos le explicaron estas palabras o debían recurrir a un diccionario. Con Jakob Lorber se repitió lo que otros hombres habían asegurado cuando recibían Revelaciones. Santa Catalina de Siena (muerta en 1347) no dejó lugar a duda sobre el hecho que lo que ella anunciaba venía revelado por Dios. Por esto el titulo de su escrito dice: "Dictado por Dios".
    Swedenborg aseguró en la hora de su muerte, que todas sus Revelaciones eran verdaderas y venían del Señor. Para Lorber esta tarea de servir de profeta le era una carga y muy a menudo rogó a Dios de relevarle, sintiéndose incapaz de cumplir. Pero el dictado prosiguió y probablemente Lorber se acordaría del profeta Jeremías, quien dijo que siempre había tenido que ceder a la voluntad suprema. (Jer. XX 7-11).
    Es sorprendente, que tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, Dios raramente se sirve del alto o bajo clero para sus Revelaciones, sino que escoge personas laicas. Según la opinión de Jakob Böhme, con esto se demuestra "más claramente que vienen de la mano de Dios". El teólogo católico Jean Guitton dice: "En nuestros días parece que el oficio de profeta pasa a depender más y más de los laicos". Y otro teólogo católico, el profesor H. Fries, debe haber encontrado una razón cuando manifiesta: "El mensaje cristiano se ha hecho extraño a los hombres porque ha sido comunicado de forma poco convincente".
    Es comprensible que las grandes Revelaciones de nuestro tiempo hayan sido comunicadas sólo a hombres fuera del alcance del poder de la jerarquía, ya que se ha demostrado que numerosas Revelaciones, como por ejemplo los escritos de santa Hildegard de Bingen, de san Juan de la Cruz y de santa Teresa de Lisieux, han sido alteradas o modificadas por personas de la Iglesia. Lo que no entra dentro del esquema establecido es rechazado, reinando, no el Espíritu de Dios, sino la razón humana y el sistema. En la Nueva Revelación viene expresado muy claramente: "Algunos se enojarán por la luz poderosa de esta Revelación, porque alumbrará el edificio mantenido en la oscuridad durante largo tiempo. Sin embargo, la luz debe prevalecer". (Pr. 288). Además se asegura, que esta Revelación será divulgada sin alteraciones, a pesar "de los zorros buscando hacer daño, llevados por el pensamiento de la destrucción". (Pr. 108 y 288). Jakob Lorber no fue un médium escribiente, al cual un ser sobrenatural le guía la mano. Nunca cayó en trance ni en éxtasis. Escribió diariamente durante varias horas en estado despierto, anotando lo que le decía la Voz interior. El impulso espiritual tuvo que recorrer toda el alma de Lorber, sólo entonces llegó a formular en su propio idioma lo que había escuchado. Se debe a esta circunstancia, que los escritos lleven el estilo propio del escritor, que utilizaba las expresiones usuales en aquel tiempo. (En algunos casos expresiones típicas del tiempo y de la región, empleadas por Lorber tuvieron que ser cambiadas por sinónimos en la edición germana, para ser comprensibles hoy día en Alemania.) Friedrich Christoph Oetinger comentó acerca de la transferencia de la inspiración verbal a la expresión escrita: "El grano de la Revelación divina siempre crece en la espiga de la visión humana". El vidente Swedenborg se manifestó acerca de este procedimiento: "Cuando un ángel inspira palabras del Señor a una persona, ésta debe transformar el pensamiento recibido en una expresión normal humana. Estas expresiones se ajustan al estilo del hombre que recibe el influjo, a su comprensión y su forma de vida". (Adversia III 6865-6966). El experto del tema, Viktor Mohr, se ocupa detalladamente de este hecho en la revista La palabra N° 8/1972 y escribe: "Una manera especial de capacidad de actuar como médium, representa la aceptación de emanaciones espirituales por la Palabra Interior, por la cual Dios Mismo, la Eterna Palabra, habla al hombre y dentro del hombre. Esta inspiración divina dentro del corazón humano, es una onda espiritual sumamente útil, imposible de definir humanamente; es la impregnación con Luz divina a través de Cristo unido eternamente al Espíritu Paterno, compenetrando las almas dispuestas. Este verdadero Yo, no perecedero, es la parte divina del hombre, la cual muchas veces se manifiesta en forma del Yo, entendiéndose como parte del eterno "YO SOY"
    No hemos de suponer que el Espíritu Paterno utiliza las mismas palabras, que luego pronuncia o escribe el médium. Para expresar aquella impregnación espiritual, de manera comprensible en el lenguaje humano, debe traspasar primeramente todo el ámbito espiritual del inspirado. Esta es la razón de que tales Revelaciones divinas posean la particularidad idiomática del médium. Debemos abstenernos de juzgar las manifestaciones por su envolvimiento en palabras humanas. Hay que buscar su contenido de autenticidad espiritual. Los intentos de explicar las profecías de Jakob Lorber como alucinaciones fallaron completamente. La psiquiatría sabe que las alucinaciones con expresiones verbales son seguidas por la destrucción del Yo. Nadie puede sufrir, año tras año, alucinaciones de oído sin llegar a un decaimiento físico y psíquico. Pero Lorber siempre fue un hombre equilibrado, sobrio y psíquicamente sano, hasta su muerte. La psicología del profundo (psicoanálisis) tampoco acierta en aclarar la personalidad de Lorber. Las manifestaciones científicas, que varias veces dieron detalles muy precisos acerca de la vida de las partículas elementales y otros descubrimientos de la astronomía que no se conocieron en aquella época, excluyen definitivamente la posibilidad de una perturbación mental.
    El teólogo y escritor Hellmuth von Schweinitz, ya muerto, dijo al respecto: "Pasar el fenómeno Jakob Lorber al ámbito de la psicología del profundo no es convincente". Lo que sus escritos revelan no son conocimientos que puedan salir de la mente humana limitada. Para poseer estos conocimientos no bastaría una vida entera, ni siquiera en una persona con enorme fantasía creadora. "La psicología del profundo es un camino insuficiente para la comprensión de un hecho que no se puede aclarar con argumentaciones psicoanalíticas. Tampoco puede explicarse la obra de Jakob Lorber con especulaciones filosóficas o teológicas Tanto en él, como en todos los demás fenómenos proféticos, queda un resto inexplicable que o se acepta o se niega."
    Comparando las cartas aún existentes, que Lorber escribió a sus amigos con sus apuntes escritos al dictado de la Voz, se nota el mismo estilo. Su manera de escribir, al igual que su carácter, eran simples y escuetos. No tiene nada de las exposiciones frías y abstractas comunes en escritos teológicos. En sus anotaciones no hay malabarismos dialécticos ni frases complicadas y difíciles de entender. Sus Revelaciones irradian calor. Si se comparan los escritos de Lorber con otros escritos de la literatura teológica, se comprende porqué el pueblo no gusta de leerlos. "Es que, como dijo el cardenal Newman, a Dios no le plació salvar a su pueblo con dialéctica."
    Por lo que respecta a las manifestaciones de tipo científico y técnico, Lorber utiliza parafrases queriendo explicar sus visiones del futuro, como es común en todo tipo de Revelaciones proféticas. Si Lorber dice por ejemplo, que los hombres del siglo xx se comunicarán a través de los mares utilizando "el relámpago", indica con esto la telegrafía. Si en el contexto de la astronomía habla de enormes "ojos artificiales" sabemos que con esto se deben entender los radiotelescopios y telescopio óptico.
    A la muerte de Jakob Lorber, la obra no estaba concluida. Pocos años más tarde, en Trieste, Gottfried Mayerhofer (1807 - 1877) también escuchó la Voz Interior y añadió algunos tomos suplementarios Mayerhofer era un oficial alemán. Cuando el príncipe bávaro Otto subió al trono de Grecia Mayerhofer le siguió en su séquito como comandante. También Mayerhofer convence como profeta elegido por la visión de hechos científicos sorprendentes. Así, por ejemplo, menciona que la luz tiene carácter corpuscular al igual que las ondas. Explica las razones del origen de la luz blanca, violeta y roja, en un tiempo cuando se estaba aún lejos de tales conocimientos Se presiente la divulgación amplia de la Nueva Revelación en los tiempos finales actuales.


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© Texto: Kurt Eggenstein; © Edición informática; © by Gerd Gutemann G. Gutemann